I. ¿CÓMO COMENZAR?
1. Lo primero que necesitas antes es estar convencido de estas tres cosas:
1.1. Tú eres capaz de hacer un buen comentario, eres capaz de pensar por tu cuenta.
1.2. Tu comentario ha de rezumar orden: ha de estar bien organizado. Lo debes construir en párrafos; en cada uno de ellos desarrollarás una idea; si la idea es compleja, usa varios párrafos y asigna un aspecto diferente a cada uno.
1.3. El tono de tu comentario ha de guardar el equilibrio entre la prudencia y el atrevimiento. Has de ser sencillo: nada de pedantería, ni de agresividad. Tu pensamiento no tiene por qué ser el único, ni el mejor: es, simplemente, el tuyo. No dejes de escribir algo que pienses, que te convenza aunque no sea lo que piense la mayoría de tus compañeros.
2. Te vendría bien hacer un borrador de tu comentario.
2.1. La estructura.
2.2. Síntesis de tus ideas personales.
2.3. Otras cosas que te interesen.
3. ¿En qué consisten las partes principales de un comentario?
3.1. El resumen consiste en expresar con palabras tuyas el tema principal del texto.
3.2. El desarrollo recoge la exposición y explicación de tus propias ideas sobre dicho tema; el desarrollo podrías cerrarlo con la conclusión, o sea, con la exposición de algún aspecto relevante de lo que hayas tratado anteriormente. (La separación de las partes no tiene por qué estar nítidamente explicitada.)
4. Cuando hayas terminado de hacer el comentario, no olvides revisarlo.
4.1. Compara el texto que has hecho tú con los planes que tenías cuando hiciste el borrador.
4.2. Concéntrate en distintos aspectos y sigue un orden: fondo (resumen, ideas, estructura, valoración crítica...) o forma (léxico, puntuación, organización, tildes...).
4.3. No te precipites al corregir: acaba de leer el texto antes de empezar a corregirlo. Naturalmente, las correcciones que hagas del comentario ya escrito sólo pueden ser de pequeña importancia. Ya valorarás tú de qué forma conviene que introduzcas las correcciones.
5. ¿Cómo hacer un buen desarrollo? El resumen es relativamente fácil de hacer. Para el resumen te sirve de guía el texto propuesto. En cambio, el desarrollo es más complicado pues es la parte creativa, la más propiamente tuya; la conclusión –si es que la haces- está íntimamente conectada con las ideas expuestas en el desarrollo.
II. ¿CÓMO REALIZAR EL DESARROLLO DE UN BUEN COMENTARIO?
1) TRES IDEAS PREVIAS
a) Sigue las orientaciones de tu profesor. También te puede ser útil la Guía.
b) No hay un único modelo de comentario: lo que leerás a continuación no es más que una orientación, a la que debes sobreponer tus estrategias, tus ideas, etc.
c) Tienes que cuidar por igual la forma y el fondo.
2) SOBRE LA FORMA
a) Tu redacción, que sea clara, sencilla y bien puntuada.
b) Emplea las palabras más apropiadas, utiliza en cada caso el término más exacto posible.
c) No te reprimas en el uso de los marcadores que van ordenando el texto. Por ejemplo, referencias al propio discurso («Como hemos explicado ya»), reformulación de afirmaciones («En otras palabras»), empleo de verbos de voluntad, de lengua y de pensamiento («No quiero decir que») y de marcadores lógicos («Además», «Por último».). He aquí algunos marcadores muy usuales en textos expositivos:
- Para empezar, en primer lugar, primero, como punto de partida, antes de, de entrada.
- Luego, después, a continuación, una vez que..., en los apartados siguientes, otro..., 1º, 2º..., a), b)...
- Por último, para terminar, finalmente, en conclusión.
- Por lo tanto, en resumen, de ese modo, así pues. De lo expuesto se deduce, de acuerdo con.
- Entendemos por..., se define como.
- En mi opinión, yo creo, seguramente, a mí me parece, estoy convencido, desde mi punto de vista.
- Por un lado... por otro, no sólo... sino también, unos... otros.
- Es decir, o sea, en otras palabras, por ejemplo, véase.
- Además, aparte de lo dicho, una cuestión más.
- Con relación a, en este punto, en cuanto a, como decía, véase, en el ... señalado más arriba.
- En efecto, ciertamente, de hecho, sin duda, sobre todo, especialmente.
d) En este apartado entra todo lo referente a la ortografía. La ortografía no se refiere solamente a las letras (b/v, etc.), sino también a dos dimensiones que no has de olvidar: la dimensión comunicativa (puntuación, orden, lógica, léxico, tildes…) y la dimensión estética (los márgenes, la grafía legible, la limpieza…). Cuando escribimos hemos de ser tan cuidadosos como cuando hablamos. Al hablar nos preocupamos no sólo de comunicar lo que tenemos intención de decir, sino, además, de decirlo con agrado. Pues al escribir deberíamos tener en cuenta no sólo “lo que” escribimos, sino, además, “cómo” lo escribimos: hay que escribir con agrado.
3. SOBRE EL FONDO
El contenido ha de ser personal, original. Huye de los tópicos, de las ideas extendidas que están en boca de la mayoría de la gente, y que se dicen sin que siempre se sepa lo que se está diciendo. ¿Qué poner? Podrías distinguir dos componentes: valoración crítica y opinión personal; estos dos componentes puedes exponerlos o mezclados o por separado.
3.1. Valoración crítica
En la valoración crítica, puedes acudir a las siguientes pistas, entre otras:
1. Si el tema es de interés social, de actualidad…
2. Si el autor consigue el fin que en tu opinión pretende: informar, convencer, hacernos reír, hacernos pensar…
3. Si nos convencen los argumentos, los datos..., que expone.
4. Si puedes relacionar el tema con otros del mismo o de diferente tipo.
5. Si puedes relacionar ese tema con libros, películas u otras obras o eventos culturales.
6. Si el estilo utilizado te agrada o no y por qué.
3.2. Opinión personal
En cuanto a la opinión personal, quizá puedan serte útiles las reflexiones que siguen.
1. Se trata de exponer tu opinión sobre ese tema sin dejarte llevar ni por la tendencia a aceptar lo que está en letra de imprenta, ni por la tendencia a la oposición sistemática.
2. Conviene analizar la totalidad del texto (o fragmento) que se te proponga y cada uno de sus argumentos, hipótesis, premisas, conclusiones, etc.
3. Hay que analizar con actitud racional y con personalidad. Cada uno de nosotros tiene sus experiencias, sus puntos de vista, sus circunstancias sociales y personales, su situación, sus perspectivas, etc. Todo ello te puede llevar a adoptar una postura similar o discrepante de lo que se dice en el texto. Todo hay que decirlo razonándolo.
4. Hay que exponer el juicio personal que te merece ese tema. Para ello matizarás, aceptarás, debatirás, completarás o indicarás razonadamente las ideas que consideres que deban ser matizadas, admitidas, refutadas, completadas, etc., explicarás en qué estás de acuerdo o en desacuerdo y por qué, indicarás -con aportaciones personales- qué actualidad le ves al tema… Se trata, en definitiva, de que aportes ideas personales, originales, acerca de ese tema, para lo cual evitarás exponer conocimientos generales que se podrían aplicar a cualquier tema o a cualquier texto.
5. Puedes acudir también a recursos de amplificación de tus ideas, como, entre otros, los siguientes: comparaciones, semejanzas, ejemplos, experiencias tuyas, anécdotas de alguien conocido, etc.
6. Céntrate en lo nuclear. Y lo nuclear es el texto, no su identificación externa: quién lo ha escrito, en qué fecha se ha publicado, en qué medio, etc.; todo esto es periférico.
7. El resumen no constituye una pregunta independiente, sino que va incluido en la pregunta general del comentario. No debes copiar enunciados textuales que aparecen en el fragmento, sino que deben ser originales en el desarrollo de su exposición.
8. La exposición de las ideas será ordenada y correcta en su expresión.
9. Se podrá valorar como positivos tus conocimientos culturales y las vivencias que te sugieran las ideas contenidas en el texto propuesto.
10. Para jugar bien un partido hay que entrenar bien y mucho. Si quieres hacer un buen comentario en el examen, tienes que hacer muchos y buenos comentarios durante el curso. El tener un esquema, a modo de fórmula, no cabe duda de que es una buena ayuda. Las explicaciones de tu Profesor y la Guía pueden servirte para eso. Pero el comentario verdaderamente tuyo es el que tú hagas siguiendo los mecanismos que hayas asimilado a base de ejercicio.
III. LA EVALUACIÓN
Es totalmente lógico que esperes que tu comentario se te evalúe de acuerdo con lo que se te ha dicho que hagas. A continuación te indico los criterios que tendrán en cuenta los evaluadores para la calificación del comentario.
1. Por supuesto, que el evaluador tiene que dejar a un lado sus gustos y opiniones personales. No es imprescindible que a él le convenzan tus argumentos. Basta con que sean razonamientos propios de un joven de tu edad en esta época.
2. Lo más elemental es que haya valoración crítica y opinión personal, aunque lo importante no es la forma en que se presenten ambos componentes (fundidos o separados), sino que ambos estén presentes en el comentario.
3. Aunque no aparezca la palabra resumen y aunque no esté separado explícitamente de la sección “crítica”, sí es necesario que escribas algo que demuestre que has entendido el contenido del texto. No otra cosa es el resumen.
4. No se estropeará tu comentario crítico si haces conexiones entre el contenido del texto y tu propia experiencia, sea personal, cultural, social, etc.; todo lo contrario, tales conexiones pueden indicar que sabes aplicar dicho contenido a tu vida.
5. Tu comentario se te valorará globalmente. En esa globalidad se tendrá en cuenta que el comentario posea estas tres cualidades:
- Comprensión del texto: se observa en el resumen (no es imprescindible que aparezca explícitamente denominado así). Esta cualidad se calificará de 0 a 1 punto.
- Buena organización: distribución de las ideas, adecuada conclusión, redacción fluida e inteligente… Que se note que tú sabes lo que estás escribiendo. Esta cualidad se calificará de 0 a 1 punto.
- Valoración crítica y opinión personal. Esta cualidad se calificará de 0 a 2 puntos.
Pueden darse casos que una -o dos- de esas tres cualidades sea tan sobresaliente que supla carencias del resto. El evaluador tiene la última palabra con su juicio recto. En definitiva, se espera que en tu comentario demuestres que:
- comprendes lo que lees (el resumen);
- posees la madurez suficiente como para opinar por ti mismo sobre lo que has comprendido;
- sabes expresar lo que comprendes y lo que opinas.
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